lunes, 13 de junio de 2011

Un soldador para la democracia




POR: JIMMI MARÍA PERALTA
JIMMIELESTUDIO@GMAIL.COM

FUENTE: DIARIO LA NACIÓN

Durante la Guerra Fría la CIA y la KGB enseñaban, en el contexto de una batalla subterránea, una sub-humana escuela de espionaje, contraespionaje y torturas. En nuestras latitudes, las lecciones del mensú iniciaban, un siglo atrás, mucho antes que golpeen los primeros rayos del amanecer, marcando el paso laboral al ritmo de gritos y dolor, “guachapúpe”. A nivel global, Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del führer, dio cátedra en el arte de las comunicaciones y manipuló a toda una nación. En todas partes hay lecciones que aprender, solo me cuestiono ¿Cuál de estos saberes nos hará libres?, como dice la gente.

“El saber nos hará libres”, “la ciencia nos hará libres”, “el trabajo nos hará libres”, todas esas frasecitas incuestionables de esa línea siguen replicando sin ningún cable a tierra, y más en el momento del “boom económico” guaraní. Desde estas letras solo ensayo lanzarles un par de piedras a estas ideas “puras”, pruebo mi pulso errante tratando de descascarar sus perfiles más mitificantes, inocente ensayo es el mío.

Está claro que no todo saber apuntala la lucha por la libertad. Existen saberes que encuentran su sentido en la represión, la opresión y el engaño, como lo vimos. También existen otros saberes, mejor dicho, otros sistemas de saberes formalizados institucionalmente, que en sí mismos buscan el monólogo de la práctica de un operario. La reivindicación de la educación técnica, operante, maquinante; por encima de una formación política y humanista, es la defensa de un saber que no nos hará libres, sino más bien: alienados; condición falsamente justificada con otra canción: “barriguita llena...”.

Evidentemente un desarrollo económico está vinculado con la gestión de una mano de obra, de un hacerse las cosas, de un obrero, quien a pesar de muchos, es un humano, ciudadano, sujeto soberano de la democracia. Un operario “a secas” es fiel a los intereses de cualquier sistema. Es funcional a cualquier patrón o sistema político que lo beneficie u oprima, no conoce sus derechos y no entiende el sistema en el que está inmerso. Esto no es solo teoría, o en contrapartida quién me ensaya una respuesta a esto ¿Cuál es el sentido de la democracia paraguaya, si la inmensa mayoría de la población no sabe cómo se crean las leyes, y a cuánto asciende el presupuesto general de gastos de la nación?

“Debemos educarnos para mercados globales”, es la consigna contemporánea. De igual modo, solemos escuchar que uno de los inconvenientes para el desarrollo industrial del Paraguay es su mano de obra poco calificada. Sin duda, el futuro del país pasa por la educación operante. Sin embargo, no puede ésta sustituir a una educación humana y política, una educación para la formación de un ciudadano. A la democracia no le sirve que un muchacho de 15 años, analfabeto funcional, después de una educación precaria en la Escolar Básica, se vuelva un experto en soldadura, sin comprender nada del sistema político que lo rige. Esa formación le sirve a aquel poder hegemónico que lo utiliza, a cambio de monedas.

La emancipación ha sido una de las consignas cuasi eternas de la humanidad. La libertad es al parecer una insaciable búsqueda, un norte imperturbable y, tal vez, una ficción. Hasta podemos decir que la izquierda y la derecha han levantado coincidentemente la misma bandera reivindicatoria en sus políticas, claro, desde interpretaciones bastante distintas. No podría decir que la educación ciudadana, política y humana nos hará libres, no me cabe tanta mentira en los dedos, pero...